El partido verde considera que la nueva ley que regula el trabajo a distancia es una oportunidad perdida para avanzar hacia una nueva organización del trabajo, más justa social y ambientalmente. Afirma que deja fuera a las personas que trabajaron a distancia durante el Estado de Alarma.
Equo califica de decepcionante el Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia, que hoy ha salido publicado en el BOE. Para la formación ecologista «Se trata de un texto basado en acuerdos de mínimos, que no ha entendido el trabajo a distancia como una realidad de organización en el mismo, sino como un modelo de contratación».
La situación vivida con el Estado de Alarma motivado por la pandemia, y las consecuencias socioeconómicas ocasionadas, unidas a la actual situación epidemiológica, la incertidumbre y falta de seguridad tras el inicio del curso escolar y el actual repunte de contagios, hacía necesario trabajar en un nuevo sistema, donde el trabajo a distancia fuera una forma de entender el empleo, siempre que fuera posible y social y ambientalmente deseable.
«Ante nosotros teníamos la necesidad de reducir la huella de carbono, el despoblamiento rural y las dificultades de accesibilidad física a transportes o los riesgos para la salud en casos de rebrotes, como el que estamos viviendo, y/o futuras infecciones. El teletrabajo, usado de forma razonable y sostenible, es una de las herramientas para lograrlo», lamenta Equo.
Para el partido verde, actual sistema de transporte y movilidad, claramente dependiente de los combustibles fósiles, es una de las causas de mayor peso de las emisiones de CO2 y, por tanto, del cambio climático. También provoca la contaminación del aire que respiramos en nuestras ciudades e innumerables enfermedades, cifras que durante el confinamiento se redujeron a mínimos históricos y que nos tenían que haber permitido avanzar, sin dejar a nadie atrás.
La formación considera que «es el momento de evolucionar hacia un nuevo sistema laboral y de relaciones entre la ciudadanía y sus necesidades con objetivos de justicia social y ambiental, que unido a la reducción de horas de la jornada laboral permitirían aumentar el tiempo de conciliación y ocio y el reparto del trabajo con el que alcanzar hacia una equidad mayor para todas las personas y más sostenibilidad».
«Con esta regulación, hemos perdido esta oportunidad y la de adecuar tecnológica y ergonómicamente los puestos de trabajo dejando multitud de flecos sueltos y sujetos a futuras negociaciones de los convenios colectivos», concluye.
El decreto deja fuera a las miles de personas que durante el Estado de Alarma estuvieron o siguen trabajando en sus domicilios sin los medios adecuados, estableciendo un periodo referencia de tres meses para que la actividad sea considerada trabajo a distancia y dejando en el aire, las posibles compensaciones o abonos de los gastos incurridos por la persona que trabajó a distancia, y que serán estipuladas también en los convenios colectivos y con la entrada en vigor dentro de una año para los casos que no tengan recogidos los periodos de validez correspondientes.
Desde EQUO lamentamos que no se haya aprendido nada de lo vivido hasta estos momentos y esperamos poder trabajar en el futuro para mejorar la regulación del decreto y habilitar vías para que pymes y autónomos trabajen en esta nueva realidad así como la implantación de nuevas tecnologías para la industria, siempre de forma sostenible.