Estudios recientes de las universidades de Granada, Cádiz y Sevilla revelan altos niveles de metales pesados en los sedimentos del estuario del río Guadalquivir, que suponen una grave amenaza para la salud pública y ambiental y para miles empleos localizados en esta zona. El origen de estos metales se vincula a la Mina de Cobre Las Cruces, declarada proyecto estratégico por la UE, y previamente condenada por contaminar un acuífero con arsénico. Además, se ha detectado bioacumulación de metales, especialmente plomo, en peces cerca de la zona de vertido. Para Verdes Equo este caso evidencia fallos en la aplicación de la Directiva Marco del Agua (2000/60/CE), particularmente en la prevención de contaminación por metales y metaloides tóxicos de origen minero. El partido verde afirma que en España existen normas que regulan la presencia de metales en el agua, pero no en los sedimentos, donde suelen acumularse.
A la luz de estos hallazgos, la formación ecologista, a través del europarlamentario Jaume Asens de Verdes /ALE, presentará una pregunta formal ante la Comisión Europea:
- ¿Prevé la Comisión revisar la Directiva para incluir controles obligatorios sobre metales en sedimentos y biota?
- ¿Considera proponer una moratoria temporal sobre vertidos mineros en cuencas vulnerables como la del Guadalquivir?
- ¿Qué mecanismos de seguimiento aplica para garantizar el cumplimiento del buen estado ecológico en zonas con intensa actividad minera? Esta iniciativa se enmarca en el contexto de la actual revisión de la política ambiental europea y pone el foco en la actividad minera, la salud ambiental y las carencias normativas que podrían estar poniendo en riesgo, tanto el medio natural como importantes sectores económicos.
Mar González, coportavoz de Verdes Equo, ha manifestado que hay un causante claro de este desastre ambiental que es la mina de cobre de Las Cruces. “Este plomo se encuentra en la biodiversidad y, cada vez más, en los peces. La Junta de Andalucía, en vez de pensar en solucionar el problema, ha decidido reabrir la tristemente famosa mina de Aznalcóllar, origen del mayor desastre ecológico de la historia reciente de Andalucía”.
“La cuenca del Guadalquivir es vulnerable. Por eso, pedimos que se frene el proyecto de esta mina y se vele por su bienestar ecológico. El Guadalquivir no es la cloaca industrial de nadie, es el símbolo de la dignidad y la cultura andaluza y es nuestra arteria de vida”, ha señalado González.
Por su parte, Jesús Castillo, catedrático de ecología de la Universidad de Sevilla, ha incidido en la necesidad de “actualizar la directiva Marco del Agua Europea para obligar a los Estados miembros a tener normas de calidad ambiental que permitan evaluar la cantidad de todos los metales que hay en los sedimentos”.