Pedimos “cooperación y no competición“ a los Gobiernos en la lucha contra el coronavirus

EQUO apoya el Estado de alarma en la lucha contra el Coronavirus y se pone a la disposición del Gobierno 

Considera además que una pandemia como la del coronavirus exige que los Gobiernos “cooperen” a nivel europeo, estatal, autonómico y local para buscar una respuesta lo más eficaz y eficiente posible, en lugar de “competir” por ver quién lidera esa respuesta.

Pide responsabilidad política y social para salir de forma solidaria y justa de esta crisis sin precedentes.

  • Vivimos en un mundo globalizado, en el que cada vez más amenazas para la vida del planeta o la salud de las personas también son globales. El coronavirus o el cambio climático son buen ejemplo de esta nueva realidad, ante la cual las sociedades modernas necesitan nuevas herramientas con las que hacerles frente. Más que nunca, los retos globales muestran a las claras que las personas y las sociedades somos “interdependientes” y no “entes independientes”. 
  • Por lo tanto la pandemia del coronavirus ha puesto en evidencia la necesidad de una nueva gobernanza global, donde los gobiernos se coordinen y cooperen, cada cual desde su ámbito competencial y territorial, en la puesta en marcha de las medidas necesarias para hacer frente a este reto sanitario global.
  • Si nos quedamos en el debate competencial, estamos dando viejas respuestas a los retos nuevos. Hoy nuestra sociedad debe de volcarse exclusivamente en hacer frente a una emergencia sanitaria, sin divisiones ni dudas respecto al liderazgo de sus representantes políticos. Cualquier polémica, sea justificada o artificial, debe dejarse para un momento posterior, cuando sea oportuno y pertinente analizar cómo ha procedido cada cual y por qué.
  • Desde un punto de vista estrictamente jurídico, la Constitución otorga al Gobierno de España la facultad de declarar el estado de alarma, y que los instrumentos legales de gestión de emergencias existentes a nivel autonómico han de estar supeditados al mismo. Sin embargo esto no significa que al Gobierno de España le corresponda una soberanía única en la gestión de la pandemia
    • Así, por un lado es preciso exigir a la Comisión Europea que adopte las medidas oportunas, en ejercicio de sus competencias en materia de tránsito intercomunitario de personas y mercancías.
    • De igual manera, corresponde a las comunidades autónomas, a los Ayuntamientos y al resto de instituciones (en Euskadi, las Diputaciones forales) el desarrollo y aplicación de las medidas acordadas por el Consejo de Ministros, dentro de la capacidad autoorganizativa que les reconoce la Constitución y sus respectivos Estatutos de Autonomía.
    • Por último, todos estos niveles de gobernanza deben acatar y poner en marcha las recomendaciones y disposiciones emanadas de la Organización Mundial de la Salud, como organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas que tiene una perspectiva global acerca del reto que supone esta pandemia para la salud de la población del planeta.
    • En este sentido, son las instituciones autonómicas y locales las que, en aplicación del principio de subsidiariedad, mejor conocen la realidad de sus comunidades y tienen el conocimiento necesario para hacer cumplir las normas de forma eficaz y eficiente, así como para establecer medidas restrictivas adicionales a las recogidas en el estado de alarma, siempre y cuando sean compatibles con aquellas y reciban el visto bueno de las autoridades sanitarias locales.
    • Por todo ello, instamos a los gobiernos a cooperar y coordinarse, de modo que el Gobierno Central tenga en cuenta la capacidad de los gobiernos autonómicos y locales a la hora de hacer cumplir las decisiones emanadas del estado de alarma dado su conocimiento de la realidad de sus comunidades y, a estos últimos, a facilitar, en aplicación del principio de subsidiariedad, el cumplimiento las normas de forma eficaz y eficiente, así como a contribuir a la resolución de esta crisis con la puesta en marcha de los esfuerzos adicionales que sean necesarios.
    • La polémica estéril surgida ayer entre el Gobierno de España y los gobiernos autonómicos de Euskadi y Cataluña, alimentada de forma irresponsable desde ciertos ámbitos políticos y mediáticos, no ayuda a que la sociedad vasca, catalana y española perciban la magnitud y el significado real de esta interdependencia global.