En 2016 encontré esta familia política. Buscaba ir más allá de las consignas que no daban solución a la crisis climática. Juventud Verde me acogió, formé parte de su ejecutiva, junto con otras activistas a las que admiro. Luego participé en la FYEG, donde formé parte de la ejecutiva (2018-2019), de la delegación a la COP26 y 27, y participé en la campaña electoral europea. Actualmente, soy miembro de la CEF desde 2022, donde he visto de cerca la dedicación y rigor de mis compañeras.
A pesar de las dificultades que Verdes EQUO ha enfrentado en el último lustro, me siento orgullosa de que nuestro partido tenga la ecología política en su ADN. He estudiado derecho y un máster en políticas públicas, he trabajado en derechos humanos, innovación y gobernanza climática y participación ciudadana en organismos locales, europeos e internacionales, también fui becaria con Florent Marcellesi antes de que finalizara su mandato en el Parlamento Europeo en 2019.
Me presento a estas primarias para apoyar a la persona que lidere nuestra candidatura europea, y para poner la ecología política en el centro. Esto significa defender nuestras propuestas de cuidados, de respeto, de favorecer lo común, y también abrirnos a consensuar nuevas formas de producir, de consumir, de vivir, para evitar que las “opciones por defecto” rijan nuestras vidas, cuerpos y mentes.
Ante las dudas de lo que pasará en el mapa político de nuestro país, tengo la certeza de que el movimiento ecologista está en el lado bueno de la historia. Es nuestra tarea llevar una narrativa de reconciliación con el medio ambiente a las instituciones y a los corazones de la ciudadanía. Conozco Bruselas, viví allí 5 años, este partido, y lo que nos jugamos en estas elecciones. Sean cuales sean las circunstancias en junio de 2024, trabajaré para que Verdes EQUO y las ideas que defendemos, que son centrales para el futuro de nuestra sociedad, estén más vivas que nunca.